Los dos retos del proyecto fueron, por un lado apropiar el espacio de tal forma que adquiriese la personalidad y la calidez de una casa habitada –reto mayor si se toma en cuenta que es una segunda residencia que solamente es utilizada por períodos vacacionales- y por el otro la logística de traslado de más de 300 piezas de menaje -entre obra y objetos de artes aplicadas, muchos de ellos de material frágil-, para un viaje de ultramar.

Tras los trámites necesarios para la salida de aduanas del menaje trasladado, en la realización del proyecto se contó con la colaboración de restauradores y anticuarios,los primeros en el montaje de telas y enmarcado de obra y los segundos para la compra de mobiliario adicional y accesorios. La compra adicional de blancos de baño,accesorios, complementos de ropa de cama, almohadones y cojines, así como portarretratos –indispensables para la personalización del lugar- y accesorios de iluminación se realizó en tiendas especializadas de la zona. 

Toda la logística de implementación de interiorismo –reacomodo de mobiliario, compra de mobiliario adicional y accesorios, restauro de obra y  colocación de la misma- no podía excederlos 20 días.Aunque se tuvieron contratiempos mayores con el traslado de menaje –se perdieron dos piezas por daño durante el traslado que fueron ya imposibles de restaurar, por lasque se asumió responsabilidad como parte del riesgo de traslado-, la conclusión del proyecto se llevó a cabo en tiempo y forma, dejando al término un piso lleno de luz,color y piezas de arte.